En la hacienda laboraban unos 4,000 trabajadores de excelente calificación, dedicados por completo al trabajo del campo, logrando un desarrollo incomparable
En los anales de la historia del distrito de Supe Pueblo, ha quedado grabado para siempre la enorme trascendencia que cobró la Hacienda San Nicolás, latifundio azucarero que data desde aproximadamente 1589 San Nicolás, llamada entonces “San Nicolás del VaIle de Toro”, tenía una extensión de 700 fanegadas (400 ha Apróx.) y fue donada al Convento de San Agustín por el Capitán Juan de Cadahalso Salazar y su esposa Luisa de Acuña; posteriormente el convento extendió su propiedad hasta 960 fanegadas mediante anexiones de firma. Para el año 1650, San Nicolás Valle de Toro estaba arrendado al licenciado Rodrigo Niño de Guzmán y a María de Valverde, ambos encomenderos de Ocros. En el año 1850, Benito Argüelles ya era conductor de San Nicolás y en 1862 consiguió la prórroga de la enfiteusis (cesión de uso), La heredera fue su hija Manuela Argüelles, esposa de Domingo Laos y Gonzales.
La hacienda fue conducida hasta el año 1883 por don Domingo Laos y su esposa Manuela Argelles, quienes la convirtieron en una importante unidad productiva dedicada al cultivo y procesamiento de la caña de azúcar, cuya producción la destinaban principalmente a los mercados internacionales de Gran Bretaña y Chile. Los esposos Laos-Argelles declararon en su testamento que el dominio directo de la hacienda San Nicolás le correspondía al Convento San Agustín al que pagaban S/. 1,600 al año Al fallecer los esposos Laos-Argüelles, los ocho hijos de esta familia formaron la “Testamentaria Laos”, manteniendo en lo fundamental la misma estructura productiva de la hacienda.
Como la mayoría de los herederos eran mujeres y menores de edad, la empresa era conducida por don Pedro Beltrán en su calidad de albacea de la Testamentaria. En el año 1896, la Junta de herederos de la Testamentaría Laos, conjuntamente con los esposos de las hermanas Laos-Argüelles y otras personalidades ellos, decidieron constituir la Sociedad Agrícola San Nicolás en base a la estructura productiva de la Testamentaría. Esto generó un flujo de capitales que contribuyó a modernizar los métodos de producción agrícola e industrial, y aumentó la influencia de la hacienda en la zona. Se procedió al arriendo de fundos vecinos, como el caso de la hacienda Argüay; se procesó la caña de Carretería y las Vega, se controló la producción de Acaray (en el valle de Huaura) y se anexó los fundos de Caudivilla, la Hoyada y los funditos La Laguna, Totoral y El Pando. San Nicolás también expandió su frontera agrícola a costa de las tierras de la Comunidad de Indígenas de Supe, en el sector denominado Pampas Velarde. La Sociedad Agrícola a fin de resolver la escasez de trabajadores intentó constituir una “reserva de mano de obra” en el seno de la hacienda; con este objetivo se contratan trabajadores de origen japonés por intermedio de la Casa Morioka.
Los accionistas de la Sociedad Agrícola San Nicolás fueron miembros de la aristocracia limeña y prósperos capitalistas nativos; entre los principales socios registrados al 30 de Junio de 1919, tenemos: Amalia Laos de Barreda, Grimanesa Laos de Correa, María Laos de Miró Quesada, Rosa Laos de Del Valle, Alberto Ayulo, Antonio Miró Quesada, Octavio Canevaro; muchos de ellos incursionaron con las actividades económicas como las comerciales, pecuarias, etc. , que con el correr de los años cobra vital importancia e incide directamente en la economía y desarrollo de la histórica localidad supana.
Más adelante, entre los años 1899 y 1924, la Sociedad Agrícola San Nicolás contrata los servicios de mano de obra de inmigrantes japoneses, quienes realizaron grandes aportes en el régimen agrícola, cultivo de caña y el ingenio azucarero. La etapa de oro de la Hacienda San Nicolás se extendió hasta 1937, año en que se vende el trapiche concluyendo de esta manera la producción algodonera. Sin embargo, a partir de 1958 con la siembra de algodón, San Nicolás se convierte por segunda vez en una potencia agraria, produciendo dicha materia prima de gran calidad. En la hacienda laboraban unos 4,000 trabajadores de excelente calificación, dedicados por completo al trabajo del campo, logrando un desarrollo incomparable, se realizaba mucho comercio con gente que venía de Barranca, Puerto Supe y Supe Pueblo a realizar sus compras. Finalmente, con la Reforma Agraria (Decreto Ley 17716 del 24 de Junio de 1969) dictada por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, se expropian todas las haciendas del Perú y con ellas San Nicolás, que pasó luego a ser una cooperativa agraria de producción donde los campesinos pasan a ser los nuevos socios hasta la etapa de parcelación.
Una hacienda llena de historia que data de 1893, primero como parte del gran latifundio azucarero de estos valles y luego como sociedad agrícola. La llegada de inmigrantes japoneses, la producción algodonera de calidad, el empleo de unos 4,000 trabajadores de excelente calificación la convierte, por segunda vez, en una potencia agraria. Sin embargo, la Hacienda San Nicolás sufre los efectos de La Reforma Agraria, la expropiación de todas las haciendas del Perú; la aparición de las cooperativas y finalmente la parcelación. En 1970, producto del saqueo de todas las pertenencias y el abandono de muchas parcelas, desaparece.
Continuará…
Texto recopilado de Heraclio Bonilla y Alejandro Rabanal.