Habiendo fracasado en el intento de tomar el Callao, con una tripulación escasa de víveres y agua, el indepententista Lord Cochrane decide acudir a los puertos del Norte Chico. Aquí pretendía paliar su escasez, pues en esta zona abundan las frutas y víveres que la tierra proporciona. Además tenía conocimiento, por medio de los patriotas, que esta zona era la favorita de los ricachones españoles para sacar todo el oro y plata que pudían hacia España.
Además tenía conocimiento por medio de los patriotas que esta zona era la favorita de los ricachones españoles para poder sacar sus pertenencias y mandar todo el oro y plata que pudiesen hacia España.
“…Cochrane iría a la Costa no solo a tomar provisiones sino con la esperanza de hacer una valiosa presa de dinero que algunos comerciantes de Lima enviaban para que fuesen embarcadas en esos lugares[1]…”.
El 24 de marzo de 1819, en una acción heroica, la “Chacabuco” capturó sin ningún tipo de oposición a la Goleta “Moctezuma”, un barco norteamericano de 200 toneladas. El comandante de esta goleta, Carlos García del Postigo, aduciendo neutralidad quiso entregar armas a los realistas.
La nave fue puesta a disposición de la expedición libertadora, conservando su nombre, estaba equipada con 7 cañones y su tripulación alcanzaba 87 hombres. (Al Nacer la Patria – Mario Tamagno Sánchez –pág. 94).
Una vez capturada, quien tomó posesión del mando de dicha nave fue Robert Casey comandante inglés que se encontraba bajo el mando de Cochrane, la goleta Moctezuma fue la mejor nave capturada por esta expedición, aunque era muy ligera (solo contaba con 200 toneladas, a comparación de la San Martín que tenía 1300 toneladas), era la más veloz de todas .
Luego de la toma de mando el actuar de esta goleta fue fundamental.
LLEGADA A LA CALETA DE SUPE
La madrugada del 27 de marzo de 1819, la goleta llegó a la Caleta de Supe, ni bien los porteños la divisaron fue una fiesta. La población celebró el desembarco, y se instaló rápidamente una gran feria, donde las vivanderas ofrecían sus productos.
Desembarcó muy temprano Robert Casey con toda su tropa, quien dispuso un acordonamiento de la zona ya que sabía que muy cerca se encontraba Mariano Cucalón, jefe realista de la zona, y podrían ser víctimas de una emboscada.
Los patriotas apoyaron decididamente y con gallardía. Casey se dirigió a la hacienda de Manuel García, un hacendado de la zona quien vivía entre puerto Supe y Barranca, muy cerca de la zona conocida como tres piedras.
Otros vecinos de la zona y principalmente de Supe llegaron con provisiones para expedicionarios, estuvo aproximadamente 6 días esta goleta en la zona mientras que Cochrane posesionaba el resto de la flota en la bahía de Huacho.
Fue bienvenido, se le ofreció aguaje y las mejores reses caprino que poseían. Los panes se prepararon especialmente para la ocasión, muchos de estos panes vinieron de la zona de Pativilca quienes tenían la fama de elaborar los mejores.
Francisco Vidal, el Capitán José Bernales, Andrés de Los Reyes, Pedro Sayán y otros, tuvieron contacto con el Comandante y colaboraron con la causa. Le hicieron saber su deseo de colaborar con la causa libertadora, pero como tenía órdenes de no recibir personas a bordo, los mandó a conversar a la ciudad de Huacho donde iba a desembarcar la escuadra mayor, sin contratiempos y con la bendición de su madre (Emilio Rojas Cuadros), Francisco Vidal y el Capitán Bernales se dirigieron hacia la bahía de Huacho a ponerse a órdenes de Lord Cochrane.
Fueron días de ensueño para la causa libertadora, fue el inicio de las acciones heroicas que vendrían después de la mano de estos bravos guerreros que desde este punto del país abrazaban el deseo de la emancipación.
[1] Diego Barros Arana en Historia General de Chile, p. 179.
Pero aquí (debemos) detenernos un poco, en este punto de la historia. Para nadie era un secreto que las intenciones de Cochrane no eran del todo buenas para nuestra patria, ya que la particularidad de su mote era harta conocida como “El Diablo”. Además era un marino “Contratado” por el Gobierno de Chile. Él sabía que en el Norte Chico los grandes hacendados españoles embarcaban sus riquezas en buques de diferentes banderas para no ser intervenidos.
Es aquí donde se ve el verdadero espíritu de Cochrane, ya que sus primeras acciones fue de aprovisionarse de alimentos y el decomiso de todo el oro y cosas de valor que encontrara, así como intervenir los barcos que se encontraban en estos lares.
Captura la goleta Macedonian comandada por el marino norteamericano Smith, donde obtenía una fuerte presa de oro. Luego, muy cerca, capturó también a la nave Francesa “La Gazelle”, confiscando otra gran cantidad de plata y dinero pertenecientes a los comerciantes de Lima. Todo este botín incautado fue raudamente enviado a Santiago de Chile sin pérdida de tiemp.
Lo mismo ocurriría en Paita donde la soldadesca chilena luego de hacer huir a los españoles saqueó el pueblo llevándose hasta los bienes de la iglesia, fue quizás por esta razón que a Cochrane no se le dio el mando de la escuadra libertadora, obteniendo con esto un recelo injustificado contra el general San Martín llegando incluso a desobedecer sus órdenes, demostrando de esta manera que, bajo contrato todo marino se convierte en Corsario.